jueves, 27 de octubre de 2016

CONFIANZA


Estamos en una curiosa disyuntiva, la que se produce entre la necesidad de confiar en los demás y la desconfianza nacida de haber desarrollado una actitud de intento de obtener forzadamente de los otros.

La vida es muy difícil sin poder confiar en los demás, porque somos seres sociales que necesitamos convivir en un ambiente de confianza general.

Pero por otro lado, nuestras relaciones se han basado, muchas veces, en el engaño y el autoengaño, en no amar desinteresadamente y de forma incondicional, sino en usar lo que llamábamos amor, y que no era sino aprobación condicional, para obtener del otro lo que queríamos, consciente o inconscientemente. 

Se trata ahora de superar eso para poder ir a una confianza más elevada. Ir aprendiendo a no tomar del otro sino lo que él, desde su libertad de Ser, decida darnos, y la de dar nosotros desde esa misma libertad, como parte de nuestro proceso de autorrealización.

Procurar relacionarnos, con nosotros mismos y con los demás, de la forma más despierta y honesta que podamos, conscientes ya del daño que las anteriores relaciones interesadas nos han estado produciendo.

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