LAS RELACIONES: UN CAMINO DE EVOLUCIÓN

Las relaciones son un camino maravilloso para poder crecer y conocernos mejor a nosotros mismos. Y para ello es esencial vivirlas con plena consciencia.

Curiosamente las relaciones han sido, en muchos casos, una forma de evasión, una forma de evitar estar a solas con nosotros mismos.

Eso ha hecho que en ellas se proyecten expectativas de que sea el otro quien ha de ser el que me resuelva los problemas que arrastro, mis carencias afectivas, etc. Y también ha sido dónde proyecto aquello que no me permito o no quiero ver en mí.

Es el momento de vivir las relaciones desde la responsabilidad principal sobre nuestras vidas, permitiendo que la relación me ayude a crecer, siendo compañeros en un viaje de autoconocimiento y de crecimiento mutuo.

Es por eso que es tan importante que nos preguntemos honestamente si estamos creciendo y evolucionando junto a las personas con las que nos relacionamos.

UNA CULTURA OPACA

Vivimos en una cultura opaca que no facilita el que miremos nuestra realidad en sus múltiples aspectos. Es muy conveniente que ayudemos a abrir esa percepción de la realidad.

En nuestra cultura los mayores tabúes sobre los que hablar han sido el sexo y la muerte. Y curiosamente el sexo nos habla de cómo venimos a la vida y la muerte de cómo nos vamos de ella.

En nuestra cultura la gente no suele hablar de sus experiencias espirituales, aunque la mayoría las hayan tenido de uno u otro tipo. Preferimos callarlas porque: "¿qué pensarán de mí?"

Todo aquello que es preciso abordar para comprender la dimension profunda del ser humano se convierte en inadecuado, incorrecto, o directamente en tabú. Y la "realidad oficial" de los medios de comunicacion no aborda estos temas. 

De cada uno de nosotros depende, pues, estar dispuestos a abordar sin complejos todo lo que sentimos esencial en la vida, ir perdiendo ya el miedo a hablar de todo ante todos.

UNO CONFÍA EN SU INTUICIÓN

En el camino de búsqueda uno confía en su intuición y su fe, entendida como confianza íntima, más que en las certezas.

Las certezas sólo se mueven en el terreno de lo conocido, de lo que ya dominamos, un terreno en el que creemos sentirnos seguros pero que no puede revelarnos nada nuevo.

Porque buscar implica adentrarse en terrenos desconocidos, y a veces incómodos, donde uno intuye que pueden estar las respuestas que va buscando.

En mi caso tengo que confesar que mezclo las certezas de lo que ya he podido constatar en mi vida, pero sin aferrarme a nada, permitiéndome, a la vez, dejar mi mente completamente abierta a todas las nuevas respuestas que puedan llegarme y que resuenen con fuerza en mi corazón.

EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO

A veces nos es doloroso contemplar la realidad de la vida, mas que nada porque nos damos cuenta de que las cosas no son como deseábamos o esperábamos.

Es un dolor que tiene que ver con una cierta desilusión o desencanto, que viene en forma de frustración y que se manifiesta con emociones como el enfado o la tristeza.

Pero es acceder a la realidad lo que nos saca de nuestro falso mundo individual y nos ayuda a deshacer estados de fantasía irreales, lo que nos permite encontrarnos de veras con los otros. 

Porque esos estados de fantasía son sólo una forma de intentar evitar el dolor de descubrir la realidad pero a costa de mantenernos en un estado de permanente sufrimiento.

El sufrimiento de estar en el continuo temor de que las cosas no sean como yo quiero o creo necesitar, o que pueda pasar aquello que no quiero que pase. El sufrimiento de tener que seguir alimentando ansiosamente mis mentiras y protegiéndome de una realidad que considero amenazadora.

Sólo en la aceptacion de lo que es, es posible encontrar nuestra verdadera paz interior y la dicha que esta conlleva.

DEJARSE LLEVAR POR LA ENTROPÍA

Observo en algunas personas una cierta tendencia a dejarse llevar por estados de ánimo negativos, como una cierta entrega a esos estados que tiene un algo de comodidad.

Considero un hecho el que muchas personas tienen programas inconscientes de sufrimiento y que el no tomar consciencia y medidas claras frente a eso hace que ese sufrimiento acabe siendo el centro de sus vidas.

Es importante conocer nuestros programas y tendencias inconscientes y, si nos damos cuenta de que son dañinos para nosotros, no hemos de parar hasta haberlos sanado y trascendido.

Nadie nos va a salvar de una situación así, ni la vida va a traernos, por si sola, un milagro que nos arregle todo. 

Somos nosotros quienes, con nuestra firme voluntad, trabajo y evolución, podemos hacer que nuestra vida sea mejor y con ello contribuir a hacer de este mundo también un lugar mejor. Porque somos siempre los principales responsables de lo que nos pasa, aunque a veces prefiramos olvidarlo.

¿QUÉ TE FRENA EN LA VIDA?

¿Qué te frena en la vida? ¿Qué te impide ser tú mismo en este momento? Todo aquello que nos frena es porque, de un modo u otro, nosotros le damos permiso para ello. 

El poder real está siempre dentro de nosotros y cuando alguien o algo del exterior nos impide ser, es porque nosotros le estamos concediendo ese poder, cediendo nuestra responsabilidad.

Hemos sido educados en la sumisión porque éstasupone la desconexión o la ignorancia de nuestro propio poder.

Y es que hemos de comprender que, en nuestra vida, nadie puede tener más poder que nosotros mismos.

Es el momento, pues, de atrevernos a recuperar nuestra responsabilidad y de ser conscientes de que podemos elegir que actitud tomar ante todo aquello que se me presenta, incluido todo lo que me pueda estar intentando frenar o limitar en mi camino.

VIVIR CONSCIENTE

Aquí os presento este curso que daré on line. Un curso que se desarrollará de octubre a junio y que se presenta como una ayuda para poder vivir de una forma más despierta a toda la dimensión que tiene nuestra existencia, un curso para poder acceder, en definitiva, a ese potencial que llevamos dentro.

Si queréis más información no dudéis en pedírmela por privado. Un saludo.

VIVIR CONSCIENTE

Vivir consciente es darnos cuenta de aquello que estamos viviendo, de su profundo significado o del papel que eso juega en nuestra vida.

Muchas veces nos acostumbramos a vivir sin entender nada de lo que nos pasa, lo vivimos simplemente porque aparece, sin más, en nuestra vida. Y es curioso porque los que viven de esa forma inconsciente, son los que más se resisten a aceptar muchas de las cosas que les trae la vida.

Porque cuando sentimos, por ejemplo, que una experiencia dura o difícil, nos ayuda a crecer o a darnos cuenta de algo, podemos llegar a comprender que teníamos que pasar por esa experiencia.

Pero cuando no queremos comprender nada, esas dificultades nos parece una simple burla cruel del destino, un triste golpe de mala suerte ajeno a nosotros.

Es, precisamente, ese vivir consciente lo que nos permite adaptarnos a la vida y lo que hace posible que extraigamos el máximo aprendizaje de todo lo que nos pasa.

LA VIDA COMO CAMPO ABIERTO

La vida es un campo abierto de posibilidades, pero cuando nos movemos en la inconsciencia, el camino suele ser bastante previsible.

Es cuando nos hacemos conscientes, que somos capaces de mirar los programas que nos condicionan y nos llevan a repetir patrones.

Cuando no me planteo las cosas de forma consciente me limito a acomodarme a lo que la sociedad o mi sistema familiar me ofrece, me limito a encajar y a conformarme.

Para descubrir nuestras posibilidades hemos de atravesar nuestros miedos y atrevernos a adentrarnos en lo que no es previsible, en lo desconocido. Y es entonces cuando el futuro se abre como una hermosa flor.

¿Qué te muestra tu vida? ¿Estás en lo previsible o vas más allá?

MIRAR EL PASADO SIN IRA

Aprende a mirar el pasado sin ira. Lo que fue, fue. No pretendas que pudo haber sido otra cosa porque no sirve de mucho.

Normalmente nos preguntamos una y otra vez por qué nos paso tal cosa o tal otra, o por qué tal persona se portó conmigo de esta manera. Y no encontramos respuestas.

Es mejor ver para qué me sirve aquello que me pasó, en qué me permitió crecer como ser humano, evolucionar; qué aprendí.

Cuando miramos con ira al pasado es porque seguimos sin aceptar lo que fue, y eso nos dificulta extraer la lección o el regalo que aquello tenía para nosotros.

Cuando miramos con ira al pasado es porque quedamos atrapados en él y eso nos frena en nuestro camino al futuro.

Mira con amor a tu pasado y bendícelo con tu mirada, y verás, así, como florece tu presente abriéndose al futuro.

MUNDO DE LÍMITES

Vivimos en un mundo de límites, de clasificaciones y de separación. Y es ése el tablero en el que hemos de jugar la vida.

Ahora bien, dicho esto hemos de ver las formas en que podemos trascender esos límites, la manera en la que podemos manifestar la libertad que somos.

Porque parte de nuestro problema es que nos identificamos con esos límites, el que interiormente nos sentimos limitados y no vemos nuestra infinitud esencial. 

El ser humano juega siempre entre la libertad y los límites, entre el desplegar su potencial y el miedo a salirse de lo establecido, de lo que ya conoce.

La clave está en vivir como el surfista en lo alto de la ola, entre el mar y el cielo, sabiendo cabalgar con equilibrio sobre la tabla.

VIDAS PREVISIBLES

La mayoría de las personas intenta hacer de sus vidas algo previsible, que no le traiga sorpresas. Y de hecho, gran parte de la educación de la que venimos se centraba en eso.

Era una forma de limitar el infinito campo de posibilidades que tenemos los seres humanos. Una forma de organizarnos en un modelo de sociedad en el que simplemente uno tenía que limitarse a encajar.

Y en ese encaje se perdían habitualmente nuestros anhelos del alma, aquello a lo que más íntimamente aspirábamos.

Ahora empieza a caer la tramoya y deja ver el auténtico desorden que se escondía tras esa apariencia de control y orden. Y esto hace que el futuro se abra por completo a nuevas posibilidades de todo tipo.

Es por ello que es ahora el momento de aprender a ser más flexibles frente a los cambios y aprender también a escuchar los anhelos vitales ocultos en nuestro corazón para poder llegar a hacerlos realidad en nuestra vida.

APEGO ES SEPARACIÓN

Pensamos que el apego es sentirse muy unido a alguien y más bien es al contrario. El apego es más bien estar aferrado a alguien.

Cuando nos aferramos es porque nos sentimos distintos del otro e intentamos crear una unión artificial en la que el miedo está permanentemente presente. Y está presente porque somos algo conscientes de ese carácter artificial.

Nos aferramos a la idea que queremos hacernos de esa persona, ni tan siquiera a la persona en sí. En el apego queremos que la persona sea como necesitamos que sea, porque sentimos esa relación como una necesidad vital sin la cual no podemos vivir.

Por eso, en el apego, nos cuesta dejar al otro con libertad para ser lo que sienta que quiera ser o haga lo que quiera hacer. En las relaciones de apego estamos dispuestos a renunciar a nuestra libertad con tal de que el otro también renuncie a la suya.

El amor es siempre libre porque es el reconocimiento profundo de la auténtica unidad que somos con el otro, una unidad que, además, no tiende a la exclusividad sino siempre a la inclusividad.

LIBERTAD

Cualquier salida o sanación pasa por nuestra libertad porque, para mí, cualquiera de nuestros problemas viene también de nuestra libertad.

Puedo pensar que alguien está muy equivocado a la hora de plantearse como afronta un problema, pero sé que es tan sólo mi visión y que lo más importante es la libertad del otro para escoger lo que considere siempre más adecuado.

Porque yo veo desde la perspectiva que me da mi vida, no desde la que viene de la suya, y cada cual es la máxima autoridad en la materia de su propia vida.

Somos libres para poder rectificar porque somos libres para equivocarnos.Somos libres para escoger la esclavitud o para decidir salir de ella.

Tenemos siempre mucho más margen de responsabilidad y libertad con respecto a lo que sucede en nuestras vidas de lo que tendemos a creer. Porque nunca somos víctimas de lo que nos pasa, aunque siempre podamos ser, por supuesto, inocentes de cualquier tipo de culpa.

GRACIAS ANA

Todas las personas que están a nuestro alrededor tienen un papel en nuestra vida y todas tienen algo que mostrarnos.

Algunos son maestros inconscientes que nos sirven de espejo para ver aspectos de nosotros mismos que aún no hemos integrado o actitudes que no nos permitimos.

Y otros son maestros conscientes que nos ayudan a darnos cuenta, mirándonos desde fuera de aspectos nuestros que nos pasan desapercibidos, maestros para los cuales somos también sus maestros.

Tengo que confesar, que para convivir íntimamenre prefiero hacerlo con alguien con quien compartir un aprendizaje consciente, la convivencia es algo muy complejo y es mucho más enriquecedora entre personas dispuestas a ayudarse a crecer.

Pero siempre recordando lo que señalé al principio de que toda relación tiene un papel en nuestra vida y además una dimensión profunda y sagrada que también hay que saber reconocer.

Gracias Ana, por tantas cosas...

OBSERVAR LAS EMOCIONES.

En nosotros aparecen frecuentemente emociones como el miedo, el enfado o la tristeza que nos permiten asimilar aspectos de la realidad que nos rodea que no nos gustan o a los cuales nos resistimos.

Es importante ver de qué me hablan esas emociones, cuál es el problema o la falsa creencia que hay detrás en mi vida que tengo que abordar o aceptar.

También puede ser que no se trate de algo de nuestro presente, que sea simplemente una emocion atrapada que por fin sale a la superficie para ser liberada.

En ambos casos, recomiendo observar la emoción, permitirnos sentirla sin alimentarla con la mente; sabiendo que nuestros pensamientos ahí pueden estar muy influidos por la baja frecuencia de la propia emoción.

Permitirnos, sin más, esa emoción pero sin dejarnos arrastrar por ella, desde la calma del que es capaz de contemplar serenamente y desapegadamente lo que está sucediendo.

COMPASIÓN HACIA EL SER HUMANO

Con frecuencia escucho expresiones de desprecio hacia la especie humana lanzadas por personas que parecen renegar de lo que son, y que viven, pues, en un permanente conflicto consigo mismos.

A mí la especie humana me inspira ternura y compasión en un sentido sano. Soy consciente del amplio abanico de posibilidades que tenemos, del coraje con el que vivimos y de la fuerza de superación que hay en nosotros.

Es verdad que no hay ninguna otra especie que sea tan dañina hacia la Madre Naturaleza como la nuestra, pero tampoco conozco a ninguna otra especie con un nivel tan alto de sufrimiento como el que sufrimos nosotros. 

Un sufrimiento que viene, desde mi punto de vista de una falsa idea de separación y de que no sabemos manejar nuestro potencial. Solemos ir ciegos e ignorantes por la vida.

Es el momento de aprender a dejar de ver lo que somos como una desgracia y aprender a ver y a valorar en nosotros el infinito campo de posibilidades que representamos, nuestra maravillosa capacidad de cocrear en positivo con el Universo.

LA SABIDURÍA INTERIOR

Llega un determinado momento en el que lo importante no es el conocimiento que adquirimos sino la sabiduría que somos capaces de sacar de nuestro interior.

En mi caso personal, muchas de las cosas que he leido me han ayudado a ir conformando una visión de la realidad, me ayudaban a "des-cubrir" aquello que intuía de una forma menos clara.

Pero ese conocimiento adquirido nunca ha sustituido mi visión directa de la realidad, mi capacidad para llegar a mis propias conclusiones. Para lo que me servía era para matizar o afinar mi mirada.

Y es que me parece absolutamente esencial el tener nuestro criterio e ir profundizando en la realidad mediante nuestra propia observación.

Cuando no lo hacemos así, estamos a merced de donde sople el viento de los distintos criterios de libros o autores que llegan a nuestras manos, muchos contradictorios entre sí. Dependemos entonces de pequeñas autoridades externas en lugar de guiarnos por nuestra propia autoridad interior.

Atrevámonos a observar por nosotros mismos y a sacar también nuestras propias conclusiones, aprendamos a confiar en nuestro criterio.

EL VERDADERO PODER ES SIEMPRE INTERIOR

Nuestro verdadero poder está siempre en nuestro interior. Y es ese verdadero poder el que luego podemos manifestar en el mundo exterior.

Es lo contrario de lo que se ha hecho habitualmente. Vivimos en un mundo que ha buscado el poder en lo exterior, a través de dominar a otras personas, para intentar compensar la falta de autoestima y la desconexión interior.

Ahí se ve, una vez más, como esa desconexión con nosotros mismos nos lleva a unas relaciones tóxicas hacia los demás que nos impiden crecer, unas relaciones dominadas por la desconfianza.

Cuando somos capaces de profundizar en nosotros mismos es cuando estamos en disposición de desactivar lo que bloquea nuestro poder, las heridas y creencias del pasado.

Y es, cuando hacemos eso con la suficiente profundidad, cuando nuestra sanación sana al mundo y nuestra liberación lo libera, entre otras cosas porque somos capaces de conectar con los problemas de origen que también están en nosotros.

¿SIMPLE AZAR?

Mucha gente no sabe el porqué le pasan las cosas, viven la vida como una sucesión de acontecimientos en los que la suerte o el azar tiene el papel principal. Como si un bombo cósmico repartiera números arbitrariamente.

Y eso les hace sentir que pueden quejarse ante esa mala suerte, ante el destino o un Dios que maneja el bombo de una forma injusta.

No entienden por qué unas personas tienen que sufrir más problemas que otros. Simplemente se viven como víctimas de su vida.

No ven la posibilidad de tener un mayor papel en esa vida, de no limitarse a que la vida suceda sino a interactuar con ella en un permanente flujo creativo que vaya desplegando nuestro potencial interno.

Y eso es algo que viene, inevitablemente, a través de asumir la responsabilidad de lo que nos pasa, de reconocer que, aunque sea a nivel inconsciente, nosotros tenemos siempre la responsabilidad principal de todo aquello que nos va sucediendo en nuestra vida.

EL CAMBIO IRREVERSIBLE

Cuando llega el momento, el cambio es ya algo irreversible. Como el fruto cae a la tierra cuando está maduro.

De lo que se trata ahora es de vivir ese cambio sin resistencias, sin sufrimiento, abriéndonos a lo nuevo, superando todos los miedos que nos mantenían aferrados al pasado.

Podemos ser, cuando así lo decidimos, llaves que abren puertas y corazones a ese nuevo tiempo.

Sintiendo que el tiempo del miedo, de la sumisión o del sufrimiento ya no tiene ningún sentido y que es el momento de entregarnos con alegría al puro gozo del amor.

Gracias, gracias, gracias.

SEÑALES DE EVOLUCIÓN

Cuando vamos evolucionando la vida sigue y siguen llegando hasta nosotros determinados problemas o situaciones ligadas a ese vivir.

La diferencia la encontramos en cómo nos afectan ya esas situaciones y en el cómo las vamos afrontando.

Nos afectan mucho menos, con menos intensidad y durante menos tiempo. Es como si fuéramos más flexibles a los cambios y más abiertos a todo lo que la vida nos trae, menos obsesionados con que sea lo que queremos.

Luego también está ese cómo lo afrontamos, respondiendo también desde una mayor perspectiva de la situación, desde una mayor madurez y serenidad.

Y eso sucede porque va habiendo en nosotros una mayor comprensión de cómo van las cosas y del profundo significado de esas situaciones con que nos vamos encontrando en nuestra vida.

TIEMPO DE CERCANÍA

No creo que sea ya tiempo de grandes maestros, ni tampoco tiempo de revoluciones de masas a través de la propaganda. 

En ese juego sigue habiendo una autoridad que es quien más sabe y unos seguidores que van tras él y que creen lo que se les dice.

Es tiempo de un contacto cercano, de boca a oído, de corazón a corazón, desde la igualdad que permite mirarse a los ojos sin miedo.

Cuando uno desde su propia experiencia, desde su despertar y conectar con su maestro interior, ayuda a otros, en condiciones de igualdad, a despertar y a conectar con su maestro interior.

En una sociedad que ha tendido a la deshumanización, estos cambios vienen desde la rehumanización y el afecto álmico, desde la cercanía y reconocimiento de nuestros corazones.

Desde la alegría siempre de encontrarnos con y en el otro y de sentir nuestra conexión con el todo a través de ese sagrado y libre encuentro.

APRENDER EN LAS CRISIS

Toda crisis que nos toca vivir trae para nosotros un aprendizaje implícito que nos ayuda a crecer y a evolucionar.

Normalmente, lo que solemos hacer cuando nos ocurre algo que no deseamos es rechazarlo, no aceptamos que nos esté pasando a nosotros.

Esa resistencia a lo que nos pasa hace que bloqueemos eso que podemos aprender de la situación y que el sufrimiento por el que pasemos sea mayor, sobre todo porque el sufrimiento viene de nuestra propia resistencia.

Es importante que, ya que nos toca pasar por determinadas situaciones, seamos capaces de minimizar el sufrimiento que nos provoca y aprovechar al máximo el aprendizaje que nos trae.

Porque todo en la vida es cambio y de nada sirve aferrarse, de lo que se trata es de aceptar, adaptarse y crecer en ese cambio.