Llega un determinado momento en el que lo importante no es el conocimiento que adquirimos sino la sabiduría que somos capaces de sacar de nuestro interior.
En mi caso personal, muchas de las cosas que he leido me han ayudado a ir conformando una visión de la realidad, me ayudaban a "des-cubrir" aquello que intuía de una forma menos clara.
Pero ese conocimiento adquirido nunca ha sustituido mi visión directa de la realidad, mi capacidad para llegar a mis propias conclusiones. Para lo que me servía era para matizar o afinar mi mirada.
Y es que me parece absolutamente esencial el tener nuestro criterio e ir profundizando en la realidad mediante nuestra propia observación.
Cuando no lo hacemos así, estamos a merced de donde sople el viento de los distintos criterios de libros o autores que llegan a nuestras manos, muchos contradictorios entre sí. Dependemos entonces de pequeñas autoridades externas en lugar de guiarnos por nuestra propia autoridad interior.
Atrevámonos a observar por nosotros mismos y a sacar también nuestras propias conclusiones, aprendamos a confiar en nuestro criterio.
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