Aprende a mirar el pasado sin ira. Lo que fue, fue. No pretendas que pudo haber sido otra cosa porque no sirve de mucho.
Normalmente nos preguntamos una y otra vez por qué nos paso tal cosa o tal otra, o por qué tal persona se portó conmigo de esta manera. Y no encontramos respuestas.
Es mejor ver para qué me sirve aquello que me pasó, en qué me permitió crecer como ser humano, evolucionar; qué aprendí.
Cuando miramos con ira al pasado es porque seguimos sin aceptar lo que fue, y eso nos dificulta extraer la lección o el regalo que aquello tenía para nosotros.
Cuando miramos con ira al pasado es porque quedamos atrapados en él y eso nos frena en nuestro camino al futuro.
Mira con amor a tu pasado y bendícelo con tu mirada, y verás, así, como florece tu presente abriéndose al futuro.
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