A veces uno puede vivir con la sensación de no estar a la altura de las circunstancias o de no dar la talla.
No nos damos cuenta de que las respuestas que damos a las situaciones de la vida nos muestran, sin más, el punto en que nos encontramos y que ése es el punto que hemos de aceptar.
Lo otro es un concepto mental y artificial de lo que yo pienso que "debería ser", pero que no me habla, realmente, de lo que soy.
Y que, en muchos casos, ni siquiera es un concepto nuestro, sino la interiorización de un concepto de otros: nuestros padres, de la sociedad, etc.
Hemos de recordar que siempre, siempre, estamos a nuestra altura real y que, además, ésa es la altura perfecta en el momento exacto en que nos encontramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario