Hay momentos en los que parece que no podemos más con lo que la vida nos trae.
Pero es importante comprender que la realidad es que sí que podemos con aquello que nos viene y que, precisamente por ello, está en nuestra vida.
Son momentos en los que nos venimos abajo, momentos de caída y desánimo. Y, puntualmente, esos momentos también son necesarios y nos ayudan a tomar aliento, a soltar un suspiro.
Y en esos momentos se agradece una mano amiga que nos ayuda a levantarnos o a ver el problema de una forma menos dramática y con otra perspectiva.
Luego no nos queda sino volver a ponernos en pie y seguir adelante con nuestro camino y nuestro proceso, resilentes y siendo aún más claramente conscientes de la responsabilidad que nos corresponde.
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