Mientras menos necesitamos, más libres somos, menos dependientes.
Cuando uno no siente la necesidad de algo, puede limitarse a disfrutarlo. Porque no necesitar no tiene que ver con no tener.
Y lo mismo pasa con las relaciones, mientras menos necesitemos al otro menos apego habrá en la relación. Uno ha de estar en una relación por amor no por necesidad.
Y es que la necesidad está siempre ligada al miedo, al miedo a la pérdida y a lo que estamos dispuestos a sacrificar para que ésta no se produzca.
Cuando uno no necesita, puede vivir lo que la vida le trae y las personas con las que convive como un maravilloso regalo del que podemos dar las gracias.
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