domingo, 18 de marzo de 2018

ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD.



No tiene ningún sentido seguir culpando a los demás de lo que nos pasa, o sentir que es el otro el que tiene que cambiar para que las cosas me vayan bien.

Asumamos la responsabilidad principal que tenemos en nuestra vida y dejemos a los demás que asuman, si quieren, la suya.

Cuando queremos que el otro cambie siempre es porque queremos evitarnos el esfuerzo de cambiar nosotros y nos es más sencillo ver el problema en el otro.

Observa que papel juegas tú en la relación con el otro y sitúate en el lugar que te corresponde. Cuando tú estás ordenado en la relación, la relación siempre es más ordenada.

El odio nace de la falsa idea de que soy infeliz por culpa del otro. Y el amor surge del reconocimiento de mi propia responsabilidad, también, por supuesto, en lo que yo siento hacia el otro.

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