JUZGAR DESDE LA IGNORANCIA.

Los juicios morales que hacemos sobre los demás, los hacemos siempre desde la ignorancia, ignoramos las razones reales de su comportamiento.

Es, esa ignorancia, la que nos causa el malestar interior que nosotros pensamos que es justa indignación.Y es un malestar que crece, sobre todo, si nos tomamos la actitud del otro como algo personal contra nosotros.

Cada uno de nosotros obramos como podemos y como sabemos, y esto es algo que no justifica nada, pero que hace también que sea absurda la condena.

Y, al igual que nuestros juicios nacen de nuestra ignorancia, nuestro obrar limitado y confuso viene también de ella.

Por eso es esencial ir viendo más claro, porque cuando la luz va llegando a nuestra mente y vamos disipando nuestra ceguera, es cuando vamos pudiendo comprender, sin juzgar, la ignorancia de los otros.

La imagen es del centro budista de Lerab Ling.