Uno ha de ser uno mismo y hacer lo que siente que le corresponde hacer en cada momento.
En nuestro proceso de evolución es esencial la fidelidad a nosotros mismos, y ésta no debe verse condicionada por la fidelidad que sentimos hacia otras personas.
Una de las mejores cosas que podemos ofrecer en nuestras relaciones es nuestra propia integridad, nuestra sincera honestidad en la relación.
Y no podemos estar condicionados por el miedo al rechazo o a la desaprobación del otro. Los criterios del otro no tienen por que coincidir con los nuestros.
Siempre es buena la sensibilidad y el respeto hacia el otro, pero nunca a costa de la sensibilidad y el respeto que tenemos que tener hacia nosotros mismos.
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