viernes, 9 de marzo de 2018

MÁS ALLÁ DE LA DUALIDAD.



Una de las razones por las que nos cuesta tanto abandonar nuestra visión dual de la realidad es porque hemos aprendido a definirnos en el contraste con los otros.

Hemos vivido juzgando a los otros y centrándonos en aquellos aspectos en que nos sentíamos diferentes, sobre todo superiores a los demás.

Nos definíamos a partir de esas diferencias, sobre todo en un modelo que, ya desde nuestra educación, se centraba en la competitividad y en la comparación permanente.

Una comparación que, aunque pareciera que ayudaba a definirnos en la diferencia, en realidad nos quitaba nuestro propio valor intrínseco, el que tenemos más allá de cualquier comparación.

Ahora, de lo que se trata es de trascender la dualidad a través del comprender y sentir nuestra igualdad con el otro más allá de las aparentes y superficiales diferencias. Darnos cuenta de nuestra igualdad esencial y unitaria.

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