COMPRENDER, NO CONTROLAR.

Cuando nuestra vibración es baja, cuando vivimos instalados en la emoción del miedo y en la obsesión por la supervivencia, todo nos cuesta mucho más.

Es como ir a ciegas e intentando controlar lo que podamos las variables posibles que más tememos de nuestro futuro. Enfocamos nuestra energía desde el miedo y sin la consciencia de que controlar el futuro así, es algo imposible.

Y hacemos del dinero la panacea para poder afrontar cualquier imprevisto y peligro. Pensamos que con dinero todo es más posible de controlar.

Pero la auténtica transformación viaja en otra dirección, no en la de controlar sino en la de comprender en profundidad como funciona nuestra vida y lo que realmente la mueve.

Cuando así lo hacemos, dejamos de ir a ciegas y dejamos de obsesionarnos por nuestro futuro, desde la energía de la confianza en nosotros mismos, vamos navegando ya con inteligencia en el momento presente que estemos viviendo.