Cuando queremos que las cosas sean distintas de como son, estamos en conflicto con la realidad. Cuando queremos que alguien sea distinto de como es, estamos en conflicto con esa persona. Cuando queremos ser distintos de como somos, estamos en conflicto con nosotros mismos.
En la negación de lo que es, estamos en la irrealidad, en la ensoñación, muchas veces una ensoñación victimista. Construimos castillos en el aire de lo que nos gustaría que fuese que terminarán inevitablemente cayendo.
No hablo de resignarnos a que las cosas no pueden ser de otra manera, sino de comprender que el cambio viene de la comprensión de lo que es.
Mientras mejor conozcamos nuestra realidad más estamos en disposición de transformarla y de trascenderla. De no ser así, seguirá igual y, aunque soñemos con otras realidades posibles, sólo nos estaremos evadiendo de lo que es, y de una forma, además, muy superficial.
La realidad tiene unas posibilidades infinitas pero para descubrirlas hay que adentrarse con honestidad y respeto en ella, hay que vivirla de una forma mucho más consciente.
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