Nos encontramos inmersos en un tiempo de cambio que a muchos les desconcierta.
Es un tiempo que nos obliga, para poder sobrevivir, a superar y dejar atrás creencias y programaciones que considerábamos sagradas e inviolables.
De repente, nos encontramos que ya no nos sirve buscar la coherencia entre un discurso lleno de creencias y la realidad. Descubrimos que es imposible cuadrar lo que es, con lo que creíamos que "debería ser".
Esto nos lleva a dilemas morales importantes que muchas veces nos cuesta asumir, a situaciones y decisiones difíciles que podemos llegar a vivir con auténtico dramatismo.
Y es que la coherencia que este nuevo tiempo exige, nos lleva a ser fiel a nuestras necesidades y a lo que sentimos realmente, aunque eso nos suponga tener que desmontar el discurso mental que antes autojustificaba nuestra existencia.
Es un tiempo que nos obliga, para poder sobrevivir, a superar y dejar atrás creencias y programaciones que considerábamos sagradas e inviolables.
De repente, nos encontramos que ya no nos sirve buscar la coherencia entre un discurso lleno de creencias y la realidad. Descubrimos que es imposible cuadrar lo que es, con lo que creíamos que "debería ser".
Esto nos lleva a dilemas morales importantes que muchas veces nos cuesta asumir, a situaciones y decisiones difíciles que podemos llegar a vivir con auténtico dramatismo.
Y es que la coherencia que este nuevo tiempo exige, nos lleva a ser fiel a nuestras necesidades y a lo que sentimos realmente, aunque eso nos suponga tener que desmontar el discurso mental que antes autojustificaba nuestra existencia.
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