Que no te inquiete tu futuro. Lo esencial es que sepas vivir de forma consciente tu presente.
No te apegues a nada ni a nadie. Que sea el amor de la presencia compartida lo que llene tus relaciones. Porque no se trata de compromisos de pasado o de futuro, sino de un compromiso de presente.
Comprometidos con lo que somos en este momento y con lo que emanamos en este momento.
Porque es tu presente el que habla del punto en el que te encuentras, tu presente y, por supuesto, también el presente de tus relaciones, lo que se da y se ve en ellas.
Si somos honestos con nosotros mismos, también es posible la honestidad con el otro y la comunicación sincera en este punto y momento en que te encuentras. Siempre, pues, desde el respeto a lo que es y a lo que hay.
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