El tener una mente abierta y flexible para los cambios que estamos viviendo es más necesario que nunca.
La capacidad de aceptar que TODO es posible y que no podemos cerrar ninguna puerta, que el sueño de una realidad estática, que pudiera ser controlada a nuestro criterio, se va desvaneciendo por completo.
La realidad no es ya más una simple y concreta convención colectiva, en la que no nos queda más remedio que ser impotentes víctimas.
Mientras más sanamos programas caducos heredados del pasado y que nos limitan en nuestras vidas, más abrimos nuestro futuro y más nos convertimos en cocreadores con el Universo.
Si despiertas a tu realidad profunda, a lo que realmente eres, ayudas a deshacer el sueño de los otros, porque tu mirada ya les contempla como lo que realmente son, no como aquello que creen ser, y esto porque tu mirada ya es, también, una mirada despierta.
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