Los cambios que estamos viviendo son tan rápidos que muchas veces se nos pasan desapercibidos. Estamos como inmersos en un proceso en el que no hay tiempo para detenernos a observar con calma.
A mí me gusta observar como se producen esos cambios para poder tomar consciencia de ellos, para darme cuenta de donde venimos y qué es lo que está cambiando.
Por eso para mí es importante ver las creencias que durante tanto tiempo han sostenido nuestra sociedad y que ahora se vienen abajo, como las hojas que estos días caen de los árboles, se vienen abajo porque están caducas.
Es un momento muy abierto que a muchos les asusta por no tener referentes claros externos que tomar y a los que ajustarse.
Pero esa es la grandeza de estos tiempos, son una auténtica invitación a dejar de buscar fuera y a buscar en nuestro interior qué es lo que queremos para empezar a vivir desde una mayor coherencia con nosotros mismos y no desde lo que de fuera se pueda esperar de nosotros.
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