sábado, 16 de diciembre de 2017

FIRMEZA Y RESPETO.



No se ha de confundir la firmeza con la intolerancia ni el respeto con la debilidad.

Uno puede ser plenamente firme en sus principios sin necesidad de considerarse poseedor de la verdad absoluta, consciente de que es su forma de percibir las cosas y de que muestra también el punto de evolución en que se encuentra en esos momentos.

Desde el respeto a otros posicionamientos, aunque no los comparta, teniendo claro que son otras visiones que reflejan otros puntos de vista y evolución.

Para mí, la firmeza es un ejercicio de autoexpresión positiva que no necesita ir en contra otras posiciones ni atacarlas, precisamente porque el ataque es una muestra clara de inseguridad interior, de necesidad de reafirmarme frente al otro intentando anularle.

La firmeza tiene que ver más con la calma de sentirme centrado en mi sitio sin aferrarme a él, y siendo consciente, además, de la importancia de mantenerme abierto a seguir aprendiendo y creciendo.

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