Poco a poco vamos descubriendo el poder extraordinario que hay en nosotros cuando nos encontramos en coherencia, cuando lo que busca nuestro inconsciente va en la misma dirección que lo que busca nuestro consciente.
Las relaciones humanas han sido una muestra constante del mecanismo de dominación y sumisión, y eso es algo que por fin está cambiando.
Las carencias que arrastramos desde nuestra infancia nos llevan a la desvalorización y, o a buscar protección, a cambio de la cual elegimos ser sumisos, o a querer controlar a los otros para que hagan lo que deseamos.
Y ahora vamos saliendo de esa ensoñación de impotencia, vamos descubriendo el juego y aprendiendo a conectar con nuestro auténtico poder interior. Viendo que con ese poder ni nadie puede someternos, ni necesitamos tampoco someter a nadie.
La Navidad es la fecha de renacer a lo nuevo, la fiesta del solsticio de invierno. Es ahora, en estos momentos, cuando nuestra luz vuelve a empezar a manifestarse en la Tierra.
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