domingo, 31 de diciembre de 2017

TRASCENDIENDO LA DUALIDAD



Estamos en un momento que exige de nosotros una visión que vaya trascendiendo la mentalidad dual. 

Los frentismos cada vez tienen menos sentido. La idea de que hay los malos y los buenos, que nosotros somos los buenos, y que los otros han de ser derrotados por su perversidad, es absurda e irreal.

El dilema catalán nos muestra a una sociedad dividida y sin otra solución que la de reconocer que la otra parte tiene también sus razones. Pretender "derrotar" a los contrarios está condenado al fracaso, aunque se quiera seguir insistiendo en ello.

Ya nada puede verse de una forma tan simplificada y maniquea, ni los posibles frentes se manifiestan cohesionados y sin matices "contra los otros". Por fortuna, estamos madurando ya como sociedad.

Y no son los políticos los que pueden arreglarlo, sino el individuo concreto, el que tiene realmente la solución en sus manos, a través de una íntima y sincera coherencia consigo mismo que aporte orden al conjunto.

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