Muchas veces, nuestra obsesión por lo que "debería ser" o por "lo que me gustaría que fuese" nos impide disfrutar sencillamente de "lo que es".
Es una de las trampas más comunes de nuestra mente, la de pretender que la realidad se ajuste a nuestras expectativas.
Eso nos mantiene en una situación de permanente frustración, en una insatisfacción constante hacia la realidad que vivimos o hacia las personas con las que nos relacionamos.
Por otro lado, cuando nos encontramos mal y no sabemos muy bien por qué, también tendemos a irnos a lo que debería ser o a lo que me gustaría que fuese, como medio de huir de nuestra realidad.
Ésta es una razón más para recordar la importancia constante de mantenernos en el aquí y en el ahora para nuestro equilibrio mental, para ser capaces de fluir en y con nuestra vida.
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