La opinión que más nos afecta es la nuestra y también la que más nos duele o satisface.
Cuando nos duele mucho algo que alguien comenta sobre nosotros lo que revela es que tenemos un bajo concepto de nosotros mismos que se ve reflejado en esa opinión ajena. Es nuestra extrema autoexigencia y nuestra falta de valoración la que nos duele.
Cuando tenemos un sano concepto de nosotros mismos, una sana autoestima, no nos afecta la opinión del otro y, en todo caso, nos sirve para ver si hay algo que corregir.
Observa a que opiniones de los demás sobre ti das más crédito, si a las críticas y negativas o a los elogios y opiniones positivas, y las que más valores son el reflejo de la opinión que tienes sobre ti.
Todos tenemos aciertos y errores, defectos y virtudes. Si te duele demasiado la opinión de otros es el momento para empezar a ver de dónde viene tu desvalorización, y el momento también de ir empezando a valorarte más, a ver con más cariño tus aciertos y con más comprensión tus errores.
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