sábado, 6 de abril de 2019

RECONOCER LA LABOR DEL OTRO.



No creo que la felicidad pueda basarse tanto en el hecho de no tener problemas como en el de tener la capacidad abordarlos adecuadamente.

Determinados problemas son consustanciales a la vida y a los procesos que ésta trae consigo, esperar o anhelar una vida sin problemas es, por tanto, bastante poco realista.

Por otro lado, en una vida sin aparentes problemas, siempre podemos estar temiendo que venga algo que trastoque todo que nos rompa el orden en el que vivimos. Y ese temor ya es, en sí, un problema.

Muchos problemas vienen de factores externos que no nos es posible controlar, circunstancias un tanto ajenas a nosotros con las que nos encontramos en la vida.

Pero la capacidad de respuesta es una fuerza claramente interna, que nos da la confianza suficiente como para poder vivir tranquilos y de una forma más equilibrada lo que, dicho sea de paso, nos ahorrará siempre multitud problemas.

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