Vivimos en una cultura que ha condenado el egoísmo como uno de los peores males, y a la vista está que eso no ha hecho sino alimentar de una forma insana ese egoísmo.
En el ser humano es completamente natural mirar por los propios intereses, es una muestra de respeto hacia uno mismo, de amor propio.
El condenarlo desde parámetros morales rígidos lo que hizo fue que lo reprimiéramos enviándolo anuestro inconsciente, y que desde ahí, y de forma incontrolada, haya estado dominando y produciendo permanentemente en nosotros conflictos, internos y externos.
Se trata de dejar de condenarlo para que podamos sacarlo a la luz y seamos honestos con nuestros deseos y necesidades, y para poder, así, encontrar la forma más sana y respetuosa con los demás de satisfacerlos.
Por otro lado, a medida que vamos sanando y evolucionando más, vamos comprendiendo que lo realmente bueno y saludable para mí, es también lo bueno y saludable para los demás, entre otras cosas, porque todos fomamos parte de una misma armonía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario