Uno procura ser fiel a su propio camino, y eso supone no estar dispuesto a que otros sean los que te marquen e indiquen el camino a seguir.
Seguir el propio camino supone tener el coraje de decir que no a lo que uno sienta que no tiene que hacer, aunque sea tu propia familia o la sociedad la que te lo pida.
Supone el coraje no ser lo que los demás esperan de ti, sino aquello que te permita desplegar el potencial que llevas dentro y lo que te permita realizarte.
Es cuando nos realizamos, cuando podemos dar lo mejor de nosotros mismos, más allá de los intereses que otras personas tuvieran sobre nosotros.
Es decirnos "sí" a nosotros mismos y es lo que nos permite poder actuar desde el amor de nuestra presencia, siendo con honestidad lo que realmente somos.
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