Al sentirnos como seres separados del Todo y de la naturaleza, nos hemos sentido en la necesidad de crear pertenencias artificiales que compensaran el sentimiento de soledad y aislamiento que eso nos producía.
Es así como surge nuestra necesidad de pertenencia a un clan, a un pueblo, a una religión...
Tras eso, empieza a surgir en nosotros una necesidad individual de ver el mundo por uno mismo, de tener un criterio propio de las cosas, y eso es el individualismo.
Y ambas cosas entran en confrontación, porque el individualismo es una amenaza para la pertenencia, de ahi que muchas veces se haya perseguido ese ver por uno mismo, porque la pertenencia exige sumisión y uniformidad.
Ahora, de lo que se trata, es que, desde nuestra consciencia individual, vayamos volviendo a nuestra reintegración consciente con el Todo inicial, más allá ya de cualquier pertenencia a algún grupo concreto.
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