En el pasado las personas más conscientes eran, muchas veces, perseguidas por las autoridades y vistas como peligrosas. Tenían una manera propia de ver el mundo que cuestionaba la "verdad oficial".
Lo que se buscaba era la inconsciencia, que las personas no fueran conscientes de su poder y que aceptara la guía de una autoridad externa. Se buscaban sumisos.
En este momento de cambio, el principio de autoridad dominante está en crisis profunda. La "verdad oficial" que nos reflejan los medios de comunicación es cada vez más cuestionada. Y los principios que sostenían nuestro modelo de civilización se están viniendo abajo.
Y en esta situación, los inconscientes no saben ya a que atenerse, viven sumidos en un caos general y personal del que cada vez les es más difícil evadirse. Y se dan cuenta de que no controlan nada.
Por el contrario, los conscientes se dan cuenta de cómo empiezan a ir las cosas en este nuevo tiempo, y son capaces de vivir, desde esa consciencia, el nuevo orden discretamente. Aparentemente saben adaptarse al viejo orden establecido, pero lo van transformando por completo desde su constante transformación interior.
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