EL VALOR INTRÍNSECO DE LAS PERSONAS.

Siento que todas las personas tenemos el mismo valor intrínseco porque, en nuestra esencia, todas las personas somos lo mismo.

Es cierto que cada persona está en un punto de evolución diferente, pero eso no es más que decir que hay personas más despiertas que otras a esa realidad profunda que somos.

Y por otro lado, hay personas más evolucionadas en unos aspectos y otras que lo están más en otros.

Precisamente, una de las características más claras de la evolución es el respeto a los demás y el reconocimiento de la esencia, más allá de las posibles diferencias o de las comparaciones y niveles que tanto gustan al ego.

Uno ha de centrarse en su propio camino y en los pasos que le toca dar a él dentro de su evolución, y permitir, respetuosamente, que los demás se centren en los suyos.