jueves, 11 de enero de 2018

MÁS ALLÁ DEL CUENTO DE BUENOS Y MALOS.



En el imaginario que construimos en nuestra infancia a través de cuentos y películas, el mundo estaba dividido en buenos y en malos, los buenos ganaban siempre y los malos eran castigados y acababan muriendo.

La visión dual se convertía, así, en un marco de referencia a partir del cual tendíamos a ver nuestra realidad. Haciendo del juicio una práctica cotidiana.

En ese juicio proyectábamos nuestra negatividad en el otro y pensábamos que nuestro odio a su "maldad" era justificable, y que era normal que deseáramos su castigo y el que sufriera.

Ya vamos madurando y vamos comprendiendo que en todos nosotros hay luces y sombras y que cada uno hace lo que puede y sabe. Que se trata de comprendernos unos a otros y no de añadir más castigo al dolor que la vida suele conllevar.

Cada cual ha de mirar en su interior e ir sacando a la luz lo que en sombras permanecía escondido e ir creciendo con ello. Se trata de llegar a reconocer nuestro valor intrínseco y de verlo reflejado en el espejo de los demás.

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