RESPONSABILIDAD ESPIRITUAL.

Es el momento de asumir la responsabilidad de nuestra dimensión espiritual y todo lo que ello supone.

Porque supone conocer y trabajar nuestro mundo interno, aprender a conocernos a nosotros mismos y empezar a buscar las grandes respuestas en nuestro interior, desde la contemplación serena de la vida.

Ya no va haber autoridades que nos digan lo que está bien o lo que está mal, autoridades a las que someternos y entregar la dirección de nuestras vidas, ni seres externos a los que adorar.

Ni tampoco lotes de creencias establecidas que no permiten ser cuestionadas. Se acabaron los puros dogmas de fe.

Es el momento de sentir la autoridad en nuestro propio interior y de darnos cuenta de que tenemos la extraordinaria capacidad de ver y de sentir la vida por nosotros mismos.