Todo parece a veces muy complicado, pero, en el fondo, creo que esa complejidad es sólo aparente.
Para mí, todo aquello que nos lleva a la integración y hacia la unión es amor, y todo aquello que nos lleva a la separación y a los límites es miedo.
Es el miedo el que construye las fronteras, el que nos lleva a protegernos del otro, el que nos lleva a vivir recluidos en nuestras zonas de confort.
Y sostenemos esa separación mediante la represión interna de áreas de completas de lo que somos. Lo que me da miedo del otro es lo que no quiero ver o lo que me da miedo de mí.
Porque mientras más sanos e íntegros estamos en nuestro interior, menos vulnerables nos sentimos y menos miedos tenemos.
Y es así cuando, conociéndonos a nosotros mismos, estamos dispuestos a abrirnos con amor y confianza al conocimiento del otro, conscientes de que su realidad es siempre la misma que la nuestra.
Para mí, todo aquello que nos lleva a la integración y hacia la unión es amor, y todo aquello que nos lleva a la separación y a los límites es miedo.
Es el miedo el que construye las fronteras, el que nos lleva a protegernos del otro, el que nos lleva a vivir recluidos en nuestras zonas de confort.
Y sostenemos esa separación mediante la represión interna de áreas de completas de lo que somos. Lo que me da miedo del otro es lo que no quiero ver o lo que me da miedo de mí.
Porque mientras más sanos e íntegros estamos en nuestro interior, menos vulnerables nos sentimos y menos miedos tenemos.
Y es así cuando, conociéndonos a nosotros mismos, estamos dispuestos a abrirnos con amor y confianza al conocimiento del otro, conscientes de que su realidad es siempre la misma que la nuestra.
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