CRITERIO PROPIO

Uno de los problemas más habituales con los que nos encontramos en los procesos de búsqueda y evolución es la ausencia de criterio propio.

Buscar sin criterio propio es caminar perdido, sin brújula, porque desde afuera nos llegarán siempre mensajes contradictorios.

Uno tiene que pararse y ver el mundo por sus propios ojos, sacar sus propias conclusiones, aunque puedan estar equivocadas, pero que sean propias.

Y si puede, incluso pararse a sentir en su cuerpo que ideas le resuenan más o le hacen sentirse mejor, cuales percibe su cuerpo como más ciertas.

Y es, a partir de ahí, cuando vamos buscando y afinando nuestro criterio, cuando vamos compartiendo y contrastando nuestra visión del mundo con otras visiones y viendo si enriquecen o no la nuestra.

De poco sirve a nuestra evolución que nos limitemos a tomar prestadas las opiniones de otros, porque eso no nos ayuda realmente.

Lo que recogemos de fuera tiene que quedar integrado en nuestra propia visión de las cosas y para ello es imprescindible cuestionar todo lo que nos llega e ir extrayendo nuestras propias conclusiones.