Hay una diferencia importante entre buscar alivio con un tratamiento de los síntomas y procurar la sanación.
El síntoma aparece para avisarnos de que algo anda mal, que hay algo que sanar o corregir. Y eso es aplicable a los síntomas físicos, a los emocionales y a los psicológicos.
Esos síntomas nos producen un malestar o una incomodidad para que nos movilicemos en la sanación. Y sin embargo, lo que solemos hacer es buscar que los síntomas desaparezcan, búscamos matar al mensajero y poder seguir con la rutina de nuestra vida como si nada pasara, ignorando nuestra necesidad de cambio.
Aquello que está mal, no va a funcionar bien por el hecho de no querer verlo, tan sólo podemos posponer lo inevitable y el problema se nos volverá a presentar pero casi siempre en un grado más grave.
Lo mejor es atrevernos a sanar y corregir el problema que nuestros síntomas nos estén anunciarlo y ser capaces de aprender y evolucionar con aquella enseñanza que ese problema traía para nosotros.
El síntoma aparece para avisarnos de que algo anda mal, que hay algo que sanar o corregir. Y eso es aplicable a los síntomas físicos, a los emocionales y a los psicológicos.
Esos síntomas nos producen un malestar o una incomodidad para que nos movilicemos en la sanación. Y sin embargo, lo que solemos hacer es buscar que los síntomas desaparezcan, búscamos matar al mensajero y poder seguir con la rutina de nuestra vida como si nada pasara, ignorando nuestra necesidad de cambio.
Aquello que está mal, no va a funcionar bien por el hecho de no querer verlo, tan sólo podemos posponer lo inevitable y el problema se nos volverá a presentar pero casi siempre en un grado más grave.
Lo mejor es atrevernos a sanar y corregir el problema que nuestros síntomas nos estén anunciarlo y ser capaces de aprender y evolucionar con aquella enseñanza que ese problema traía para nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario