Las relaciones son un camino maravilloso para poder crecer y conocernos mejor a nosotros mismos. Y para ello es esencial vivirlas con plena consciencia.
Curiosamente las relaciones han sido, en muchos casos, una forma de evasión, una forma de evitar estar a solas con nosotros mismos.
Eso ha hecho que en ellas se proyecten expectativas de que sea el otro quien ha de ser el que me resuelva los problemas que arrastro, mis carencias afectivas, etc. Y también ha sido dónde proyecto aquello que no me permito o no quiero ver en mí.
Es el momento de vivir las relaciones desde la responsabilidad principal sobre nuestras vidas, permitiendo que la relación me ayude a crecer, siendo compañeros en un viaje de autoconocimiento y de crecimiento mutuo.
Es por eso que es tan importante que nos preguntemos honestamente si estamos creciendo y evolucionando junto a las personas con las que nos relacionamos.