Uno ha de tener claro en qué cosas puede transigir y en que otras no puede permitírselo y ha de mantenerse firme.
Uno ha de ser consciente de las relaciones a las que nos vamos acercando, unas relaciones basadas en el respeto a las distintas personas y a sus distintos caminos. Pero teniendo claro, también, que venimos de la falta de respeto y de la obsesión por obtener de los demás lo que creemos necesitar.
Y en esta situación, es importante que nos sepamos hacer respetar y que no permitamos que se nos use o se nos manipule. Hay que tener claro que siempre tenemos el derecho a decir NO con rotundidad.
Decir sí para contentar al otro, cuando lo que sentimos es que es una intromisión y una falta de respeto, es reconocerle que su estrategia le es útil y positiva para él, es animarle a que la siga usando con nosotros.
El respeto es esencial, pero no tenemos que estar esperando pasivamente a que los demás nos respeten, sino ser activos en conseguirlo, demostrando, así, respeto por nosotros mismos.