Vivimos en la era de la información, con más acceso a datos que nunca. Una era donde se dice que la información es poder.
Ahora bien, lo importante no es tanto la información que nos llega de fuera como el tener un criterio propio y formado que nos ayude a reflexionar por nosotros mismos.
De no ser así nos ahogamos en la información y nuestra mente es un caos, llena de datos sin sentido.
Somos nosotros los que, a nivel individual, ordenamos en nuestra mente la información y los que vamos seleccionando y decidiendo qué es lo que nos interesa y lo que no.
Y para eso es imprescindible la conexión y el conocimiento de nosotros mismos. Porque la sabiduría, a diferencia de la información, siempre es algo que brota de nuestro propio mundo interior.
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