Procuro ser respetuoso a la hora de decir como veo alguna situación o de aconsejar a alguien.
Normalmente, es cuando alguien nos pide consejo u opinión que puede estar más receptiva y abierta a lo que le digas. Y no en todos los casos, también hay quien sólo quiere que le ratifiques su opinión.
Cuando ni siquiera lo pide, lo normal es que viva lo que le dices como una intromisión o injerencia y que se cierre completamente a recibir nada.
Es maravilloso poder compartir y comunicarse, pero con otra persona que también esté dispuesta tanto a recibir como a emitir. El poder decir lo que pensamos es algo muy positivo que nos ayuda a realizarnos, pero cuando el interlocutor quiere oírlo.
Tan importante como el tener algo que decir es saber cuándo decirlo y cómo decirlo, para que el mensaje pueda llegar de la forma más adecuada.
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