En la vida uno tiene que ir aceptando e integrando todo lo que le sucede, adaptándose a los cambios.
Cuando no lo hacemos así, nos toca vivir todo tipo de desequibrios porque entramos en confrontación directa con la realidad, somos como fugitivos de nuestra vida.
Para aceptar e integrar es muy importante nuestra flexibilidad mental y el darnos cuenta de que lo que sucede siempre es más importante y real que lo que pensamos o deseamos que debería suceder
La inflexibilidad mental hace que vivamos encerrados en nuestra concepción creada de la realidad y que nos cueste admitir otras cosas. Esto, por supuesto, también nos supone un conflicto con los demás y sus distintas visiones.
Hemos de ser flexibles como el junco y aprender a vivir la vida como una aventura de aprendizaje abierta y sorprendente.
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