lunes, 4 de junio de 2018

MÁS ALLÁ DE LA QUEJA



Hay que tener cuidado de no vivir en la permanente queja, centrados en aquello que no podemos hacer, eso es el ejemplo de un victimismo inútil.

Es una forma de eludir nuestra responsabilidad justificando nuestro malestar. Y, por supuesto, esto no hace sino perpetuarlo.

En muchos de esos casos, esas personas son adictas al sufrimiento y escogen estar en la impotencia en lugar de centrarse en lo que sí pueden hacer, en las acciones positivas que le permitan cambiar su realidad.

Y esto lo hacen con todo, se quejan de la vida, del mundo, de los demás... inconscientes de que la queja es la mejor manera de que nada cambie.

Es vivir centrados en el exterior y en la impotencia, en lugar de mirarnos por dentro y ver esa fuerza de cambio que somos nosotros y el potencial enorme que podemos llegar desplegar.

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