Para poder evolucionar de una forma adecuada uno ha de estar dispuesto a ir más allá de lo establecido, tanto en su familia como en la sociedad.
Hay que ser capaces de salir de ese corsé o código moral y de actuación que se nos impone y que nos impide crecer y expandirnos, que busca mantenernos limitados y al servicios de necesidades ajenas a nosotros.
No desde una voluntad de confrontación o el desprecio, ni sintiéndonos superiores a esa sociedad o a esa familia y a sus programas y creencias.
Sino desde la humildad que emana de la sencilla necesidad interior de seguir creciendo, desde la necesidad que surge al comprobar que lo establecido ya no nos sirve y no nos resulta suficiente.
Siendo firmes en nuestro propósito, a pesar de comprender las reticencias que nuestro camino pueda causar a nuestro alrededor.
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