Es importante saber reconocer la diferencia entre firme y rígido.
Un álamo puede estar firmemente arraigado y ser flexible antes las embestidas del viento. Y un tallo u hoja secos, son rígidos y frágiles.
Y también podemos ver como la firmeza y la constancia del agua puede llegar a horadar la roca más dura.
Hay personas que son muy rígidas en su vida, y esa rigidez es una muestra, precisamente, de su falta de firmeza y de su inseguridad.
Se aferran a sus ideas o creencias porque se sienten perdidos sin ellas, porque les aterra pensar que puedan estar equivocados.
La persona segura no necesita aferrarse a nada y se permite ser flexible ante todo. Y sobre todo ante todo aquello que le ayude a mejorar su percepción de la realidad.
Una persona firme no necesita enrocarse y encerrarse en sus posiciones, sino que puede abrirse a todo lo que los demás pueden aportarle.
Y lo hace desde la confianza de que esa firmeza, esa confianza, le viene de algo mucho más profundo que una simple idea o una creencia aprendida y de que nada de fuera puede llegar a alterarla.
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