No hay nadie que sea completamente necesario o imprescindible en nuestra vida, ni tampoco nadie que esté de más en ella.
La idea de que alguien es completamente necesario en nuestra vida es una idea de apego que no se corresponde con la realidad, que nace de una proyección de conflictos no sanados o de áreas reprimidas en nosotros.
Eso hace que no sólo consideremos imprescindible que esté, sino que solemos considerar además que tiene que estar en la forma en que yo lo necesito.
Y por otro lado, no se corresponde con la realidad porque todas las personas entran o salen en escena en algún momento de nuestra vida, y, o bien vivíamos antes sin ellos, o bien seguimos viviendo después de que ellos ya no estén.
Por tanto, no es sino una necesidad psicológica que crea nuestra mente para tratar de obtener fuera lo que cree que le falta dentro.
Y además, cuando a alguien lo sentimos como necesario, no podemos ser libres ni podemos permitirnos la libertad del otro, que en su libertad puede decidir no estar con nosotros. Y como ya he señalado en más de una ocasión, el amor o es libre, o simplemente no es amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario