La sencillez es algo maravilloso. Y siento que lo más importante en la vida es siempre sencillo.
Dicho esto, también tengo que decir que los seres humanos, en nuestros pensamientos, emociones o actitudes, somos seres bastante complejos y que las relaciones que tenemos entre nosotros también lo son.
Y esto es importante porque cuando alguien suele decir: "yo no me complico la vida", muchas veces lo que realmente hace es no estar dispuesto a reconocer su propia complejidad ni a investigarla. No suele ser una persona sencilla, sino más bien superficial, que es algo bien distinto.
En mi caso, siento que es importante desliar la madeja de nuestra complejidad para poder así volver a una mayor claridad y sencillez.
Eso supone estar dispuesto a comprender e investigar cómo somos, cómo vivimos o cómo nos relacionamos. No con una finalidad de complicar aún más las cosas, sino con la de ir soltando aquello que es inútil y accesorio e ir accediendo a lo que realmente sí nos es esencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario