Todos nosotros conformamos la sociedad y ésta no es sino el reflejo de lo que somos.
En una etapa de cambio tan intensa como la que estamos viviendo hay dos dinámicas muy potentes.
Por un lado una dinamica reactiva, que se resiste al cambio desde su propio miedo y que no deja de meter miedo a los demás para que se siga buscando la seguridad de lo conocido.
En esta línea de fuerza se mantiene la idea de separación y la desigualdad como básica y tienden a acentúarse las diferencias.
Y por otro lado nos encontramos los que sentimos que es posible jugar ya de otra forma y que en nuestra actitud estamos dispuestos a considerar y a tratar como iguales a todos los demás seres, incluidos aquellos que se resisten al cambio.
Los que sabemos que lo que podemos ganar en este cambio es mucho más que las migajas que podemos perder. Sabedores de que el cambio ya es inevitable y de que el sufrimiento que estamos viviendo no es más que la consecuencia de la resistencias.
Y cada uno de nosotros ha de ser consciente, por sí mismo, de en cuál de las dos fuerzas se está moviendo y de qué manera está contribuyendo a la marcha de este proceso y del funcionamiento de esta sociedad.
En una etapa de cambio tan intensa como la que estamos viviendo hay dos dinámicas muy potentes.
Por un lado una dinamica reactiva, que se resiste al cambio desde su propio miedo y que no deja de meter miedo a los demás para que se siga buscando la seguridad de lo conocido.
En esta línea de fuerza se mantiene la idea de separación y la desigualdad como básica y tienden a acentúarse las diferencias.
Y por otro lado nos encontramos los que sentimos que es posible jugar ya de otra forma y que en nuestra actitud estamos dispuestos a considerar y a tratar como iguales a todos los demás seres, incluidos aquellos que se resisten al cambio.
Los que sabemos que lo que podemos ganar en este cambio es mucho más que las migajas que podemos perder. Sabedores de que el cambio ya es inevitable y de que el sufrimiento que estamos viviendo no es más que la consecuencia de la resistencias.
Y cada uno de nosotros ha de ser consciente, por sí mismo, de en cuál de las dos fuerzas se está moviendo y de qué manera está contribuyendo a la marcha de este proceso y del funcionamiento de esta sociedad.
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