Hay un tiempo para cada cosa y es importante saber leer nuestro momento.
Para cualquier árbol, el tiempo de reposo del invierno o el de reinicio de la primavera no es menos importante que el tiempo de dar frutos. Lo vive con la misma integridad y plenitud.
Y es clave estar centrados en el momento porque, como también nos dice el I Ching, cuando uno ara la tierra no ha de estar pensando en la cosecha porque, si no, ese labrado de la tierra, no puede salir bien.
Vivimos obsesionados por los resultados y cada vez los queremos de forma más inmediata y eso nos impide a veces estar centrados en lo que nos toca y nos lleva a vivir determinados procesos como simples trámites.
Cuando vivimos así, la vida se pasa sin darnos cuenta.
Estamos en el punto en el que estamos y ese punto es el más importante en este momento y lo importante es si estamos realmente centrados en él.
Cuando uno siente, desde el corazón, aquello que está realizando y viviendo, está en lo que tiene que estar y los frutos que tengan que llegar, llegarán,sin duda, pero cuando sea su debido momento.
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