Una de las manifestaciones más evidentes del amor es el respeto al otro.
Es importante saber que no estamos al servicio de nadie, ni que nadie está tampoco a nuestro servicio.
Que no tenemos derechos adquiridos sobre los demás, seamos padres, hijos, parejas, amigos o lo que sea que seamos.
Querer obtener del otro es usar al otro como instrumento de un egoísmo insano. Lo cual, además, es desaprovechar lo mejor que nos puede dar.
Es cuando le permitimos florecer, cuando el otro puede llegar a dar lo mejor de sí mismo.
Normalmente no permitimos que nos den lo que pueden dar sino que intentamos tomar del otro aquello que queremos conseguir.
Y, precisamente, la mejor forma de evitar eso es aprender a darnos a nosotros mismos todo aquello que necesitemos.
Es importante saber que no estamos al servicio de nadie, ni que nadie está tampoco a nuestro servicio.
Que no tenemos derechos adquiridos sobre los demás, seamos padres, hijos, parejas, amigos o lo que sea que seamos.
Querer obtener del otro es usar al otro como instrumento de un egoísmo insano. Lo cual, además, es desaprovechar lo mejor que nos puede dar.
Es cuando le permitimos florecer, cuando el otro puede llegar a dar lo mejor de sí mismo.
Normalmente no permitimos que nos den lo que pueden dar sino que intentamos tomar del otro aquello que queremos conseguir.
Y, precisamente, la mejor forma de evitar eso es aprender a darnos a nosotros mismos todo aquello que necesitemos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario