domingo, 12 de febrero de 2017

SANACIÓN DE CARENCIAS AFECTIVAS


Nuestras carencias afectivas no se sanan recibiendo amor, sino dándolo.

Cuando buscamos recibir amor para compensar el amor que no recibimos en la infancia, lo que hacemos es reforzar y recordarnos permanentemente el estado de carencia.

De esa forma mantenemos en el presente ese problema que tuvimos en el pasado, y hacemos de ese problema el motor inconsciente de nuestra vida.

En esas circunstancias, el amor que creemos dar suele ser un intercambio de favores a la espera de recibir de aquél a quien doy. Vamos por la vida mendigando afecto y dispuestos a someternos a quien parezca dárnoslo.

Es, cuando nos damos cuenta de que ese juego nos atrapa, que salimos de él y descubrimos la fuente de amor que somos con nuestra mera presencia.

Una fuente que brota libre cuando no la bloqueamos con los juicios o con nuestro deseo insano de obtener algo del otro.

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