Siempre hemos de vivir centrados en nuestro presente pero, a veces, hemos de volver al pasado para desbloquear y abrir ese presente.
Hay sucesos que quedaron sin resolver en el pasado y que, desde nuestro inconsciente, condicionan demasiado nuestra vida. Y de nada sirve, pues, querer olvidarlos o enterrarlos por el hecho de que nos resulten incómodos o dolorosos.
Y al ser bloqueos inconscientes nos cuesta mucho ver la relación que lo que pasó tiene con lo que nos pasa ahora. Pero sentimos que algo no permite que las cosas fluyan o vayan mejor, por mucha voluntad que le pongamos.
Muchas veces, en esos casos, hemos de bucear en nuestra memoria para sacar determinadas cosas a la superficie, no para quedarnos enganchados en él, sino, simplemente para poder sanar y poder trascenderlo.
Y esto es aplicable tanto a personas individuales como a familias y otros colectivos que comparten los traumas vividos.
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