Las relaciones hoy en día resultan ser algo complicadas. No lo veo necesariamente como algo negativo, sino más bien como algo inevitable en el momento de profundo cambio en que nos encontramos.
Veníamos de una concepción rígida de relaciones en las que tendíamos a cumplir unos papeles rígidos que se nos asignaban en la infancia. Y en un modelo también rígido de lo que "debían ser" esas relaciones.
Eso ya ha dejado de ser así, y las relaciones no son lo que deben ser sino, simplemente, lo que pueden ser. Y ya no hay papeles, sino la simple necesidad de encontrarnos a nosotros mismos.
Ahora nos damos más cuenta de la incomprensión en las relaciones porque somos conscientes de que no nos comprendemos tampoco a nosotros mismos.
Y de lo que se trata de mantener nuestros corazones plenamente abiertos a aceptar a los demás como realmente son y en el punto del camino personal en el que se encuentran. Siempre sin juzgarlos y siempre sin juzgarnos. Desde un amoroso, sencillo y saludable respeto.
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