Hay situaciones graves, con sucesos trascendentales, que exigen de nosotros una capacidad grande de evolución.
Pérdidas, separaciones, enfermedades... que nos obligan a salir de la zona de confort y sacar fuerzas de nuestro interior, que nos llevan a replantearnos muchos aspectos de nuestra vida.
Situaciones en las que o crecemos, o no podemos llegar a superar lo que estamos viviendo quedándonos hundidos y atascados en nuestra vida.
Y hay enfermedades también en las que ese punto de disyuntiva se hace crucial y, o apostamos por el cambio y la evolución, por asumir la responsabilidad de nuestra vida y de nuestra enfermedad, o ésta se nos lleva.
Cuando decidimos apostar por el crecimiento y la evolución, eso por lo que habremos pasado tendrá un profundo sentido y sabremos valorar el impacto positivo que ha tenido en nuestra vida porque salimos de ello bastante mejor que entramos a nivel interior.
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